Etzatlán:
Lugares Turísticos
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<p style="text-align: justify;">Los pobladores de Oconahua señalan que desde hace varias
décadas sabían que en su comunidad había existido un asentamiento prehispánico,
ya que al hacer construcciones o excavaciones se encontraban figuritas e
instrumentos de cerámica y obsidiana. Algunos pobladores realizaban saqueos y
vendían estos objetos, o bien, los destruían o no les daban ningún valor.</p><p style="text-align: justify;">
El terreno donde se
encuentra el Palacio de Ocomo era utilizado para la siembra y como espacio
recreativo de niños y jóvenes. La población no tenía ningún conocimiento
respecto a la magnitud del sitio ni sobre la civilización de la que son
descendientes.
</p><p style="text-align: justify;">El Palacio de Ocomo fue descubierto en la década de los setenta
por el arqueólogo Phil Weigand, pero hasta el año 2008 iniciaron los trabajos
de excavación y restauración del sitio. Este proyecto arqueológico ha
modificado el significado y el valor que la comunidad le da a este asentamiento
prehispánico, ahora la mayoría de los
pobladores cuida y respeta el área en que se encuentra este sitio. Ernesto, un
poblador de Oconahua, señaló que a partir de la restauración del Palacio de
Ocomo el pueblo ha aprendido más sobre su historia y sus raíces.</p><p style="text-align: justify;"><img src="https://i.pinimg.com/originals/0c/cf/f6/0ccff6353014f38a80157717a00eb1a4.jpg" style="width: 600px; height: 450px; display: block; margin-left: auto; margin-right: auto;"> </p><p style="text-align: justify;">
El Palacio de Ocomo perteneció a la tradición Grillo, que habitó
este asentamiento del año 400 al 900 D.C. El sitio arqueológico tiene una
extensión de 400 hectáreas, el tecpan o palacio, la estructura principal es un
patio hundido monumental (130 metros de largo por 130 metros de fondo, con una
altura de ocho metros), rodeado por terrazas y una unidad habitacional de
élite. Este tecpan es el más grande y visible en toda la República Mexicana, es
considerado una joya arquitectónica del periodo posclásico del México antiguo. Alrededor del sitio se han encontrado
fogones, figurillas, vasijas, herramientas, ornamentos y fragmentos de estelas.
</p><p style="text-align: justify;">El Palacio de Ocomo ha permitido a los arqueólogos obtener mucha
información sobre la forma de vida de las civilizaciones prehispánicas que se
desarrollaron en esta región. La relevancia de este sitio
arqueológico ha contribuido a fortalecer la identidad de Oconahua. El Palacio
de Ocomo, señaló Mario, un maestro de la comunidad, ha hecho visible a su
localidad a nivel estatal e internacional. Actualmente, ser originario de
Oconahua es motivo de orgullo, la gente se reconoce descendiente de un pueblo
prehispánico y se sienten orgullosos de sus raíces, de las tradiciones y
conocimientos ancestrales que se conservan en su comunidad.<img src="https://i.pinimg.com/originals/aa/79/d6/aa79d68d3e5032eb9a59a55fd9f737dd.jpg" style="width: 600px; height: 450px; display: block; margin-left: auto; margin-right: auto;"></p><p style="text-align: justify;">
En Oconahua
se pueden observar danzas y costumbres muy antiguas en la celebración de la
Santa Cruz (3 de mayo), el Día del Viejo (1 de septiembre) y, en las fiestas
patronales (29 de septiembre). En la comunidad también se preservan conocimientos
de botánica y herbolaria, recetas de comidas y bebidas prehispánicas.</p><p style="text-align: justify;">
Hoy en día el Palacio de Ocomo sigue en proceso de
restauración e investigación. Sin embargo, puede ser visitado para conocer el
trabajo arqueológico que se realiza en el sitio, así como la riqueza cultural
de la comunidad que lo alberga. Oconahua se encuentra a 11 km de Etzatlán y el
sitio permanece abierto de lunes a domingo de X a X hrs. </p>